El barranquismo tiene distintos idiomas en el que las personas interactúan de la misma forma, el propósito es el mismo, subir parte de una montaña para luego bajar por un rio. Esos idiomas son la forma distinta de ver el canyoning para cada persona. Hay quienes ven el descenso de cañones como algo ocasional, superfluo o de relleno sin lograr entender el idioma de los que lo situan como una parte importante en su vida, para los mas puristas incluso como una forma de vida. Otros por ejemplo, solo buscan los descensos mas puntuados o mejor valorados sin entender a la gente que los colecciona. Hay quienes solo exploran, para otros tantos su filosofía es ir rápido, otros no repiten descensos, sin olvidar los que no asimilan barrancos secos. A menudo se dice la típica frase de "como te puede gustar ese descenso?". Creo que estos "idiomas" son los que difieren la forma de ver el barranquismo.
Esta pequeña historia comienza ya hace varios meses. En un bonito trekking en solitario por las alpinas montañas suizas, descubro lo que puede ser un barranco sin equipar. A lo lejos la grieta es espectacular, incluso se ven neveros dentro del cañon y el verano ya ha pasado. Por fin después de hora y media, llego a cabecera y la situación es extraordinaria. El cañon comienza a 2.400 metros y se alimenta de un glaciar de 7 km² . El rio se precipita en una cascada de 30 metros y aunque le sigue una zona abierta y de muchos estratos de roca caotica, el rio se adentra en un estrecho cauce de paredes enormes. Verifico que esta sin equipar y valoro el caudal, quizás para una apertura es demasiado agua y lo decido posteriormente con los compañeros que no se encuentran conmigo. Finalmente aplazamos la apertura a las dos semanas posteriores.
Llegado el dia, un gélido (para no variar) finde semana de noviembre, nos equipamos y comenzamos la aproximación que nos hace entrar en calor, cosa que se agradece. Nos hemos juntado siete y vamos cosiendo los primeros rapeles. Cada uno lleva su función, y no hay momentos de esperas a pesar de que somos tantos. El cañon es bonito, el agua se concentra en las cascadas y pega fuerte. La erosion va mejorando y el compromiso es muy alto. Por la mitad del recorrido nos sorprende el enorme nevero que veíamos a lo lejos en la aproximación , creando una cueva helada. Momentos muy estéticos bajo pasajes en la mas completa oscuridad ocasionado por un paquete de nieve helada enorme sobre nuestras cabezas.
Al salir a la luz, un tramo mas llano y relajado nos da un corto respiro para afrontar la ultima parte. El rio se vuelve a estrechar por un corredor de firme plano y angosto para acto seguido caer por una ultima cascada de unos veinticinco metros. El final es apoteósico, un rapel muy deportivo donde el agua te pone en tu sitio, en una gorga formada y estetica. A destacar los numerosos rapeles inevitables por el activo en el recorrido. Enseguida las paredes se abren y termina esta pequeña historia, en los verdes pastos de altura en este rincón de la suiza rural.
Cada barranco tiene una historia y detrás de cada apertura, en numerosas ocasiones hay un trabajo de seguimiento, comunicación y coordinación. No es que yo tenga experiencia abriendo cañones pero estamos contentos con el resultao. A pesar de la distancia, las inclemencias del tiempo, o problemas inesperados que surgen, las cosas se hacen con pasión, es la energía que nos mueve. Pronto saldrá a la luz de alguna forma este barranco, lo prometo.